No es una experiencia
agradable, de hecho, te deja con un abanico de emociones y sensaciones oscuras:
Rabia, impotencia, sorpresa, vulnerabilidad, odio.
En fin en esta jungla de concreto en la que nos
encontramos, sobrevivir día a día se hace más difícil con la delincuencia que
cada día se apodera de nuestras calles y de nuestros miedos.
¿Pero qué hacer si
eres un ciudadano común y corriente como yo y has sido víctima de un asalto?
¿Tenemos autoridades competentes? ¿Qué pasos debemos dar cuando estamos pasando
por este trance?
Aquí les relato mi experiencia:
El jueves 8 de marzo, parecía
un día cualquiera, Salí de mi trabajo, fui al súper y luego decidí tomar un
carro del transporte público para llegar a mi casa. Estoy esperando en la parada, cuando pasa un Hyundai
Sonata, rotulado y con 4 personas detrás y una delante. El Chofer insiste que
hay espacio para mí, entro y unos metros más adelante soy víctima de un atraco y casi me tiran con el vehículo
en movimiento.
Me quede un rato parado en
la acera, entre incrédulo, rabioso por la burla del chofer asaltante y por
haber perdido mi celular, que con mucho esfuerzo estaba pagando todavía y que
me servía también como herramienta de trabajo. Esa noche fue larga y tortuosa
por lo que no abundare mucho, al otro día era que iniciaría la verdadera pela.
1-La
Telefónica (Claro): hay que llamar a la telefónica para reportar el
celular robado y para que me dieran el “IMEI” del celular, necesario para la policía.
Lo triste del caso es que lo primero que me dijo la joven era que, aunque me lo
hubieran robado tenía que seguir pagando religiosamente las cuotas. En un gesto
totalmente insensible por parte de esa compañía. Ósea no es el tema de no
seguir pagando, es la manera fría y despiadada con la que te lo dicen.
2-La
policía: Sinceramente cuando fui a poner la denuncia me parecía que
estaba dentro de una comedia del canal 5. Ahí adentro había una chercha que a
esa gente lo que menos le importaba era que te hubieran atracado o que
apareciera tu celular y dinero robado. Después de dos horas por que la “secretaria”
imprimió la denuncia varias veces con faltas ortográficas me enviaron al El Departamento de
Investigación de Crímenes y Delitos de Alta Tecnología ( Dicat).
( Dicat): No les voy a mentir ahí tuve un poco de esperanza que se desvaneció
cuando vi el pobre equipo tecnológico con los que cuentan los policias que “rastrean”
los celulares robados. Un verdadero fiasco (una laptop y una PC viejísima)
ellos te quitan cualquier ilusión inmediatamente, sin preámbulos te dicen que no hay muchas posibilidades de encontrarlo porque generalmente no encienden los celulares y los
venden por piezas. Tampoco parecen muy dispuestos a ayudarte. Yo diría que ese
departamento es otra botella estatal, donde hay gente cobrando sin hacer nada, porque me he
puesto a investigar y al menos hasta ahora a nadie le han recuperado su
celular.
Y es que vivimos en una falsa seguridad con nuestros
celulares “inteligentes” que pueden ser localizados. El mío es un Mate 8,
localizable por GPS. Pero los ladrones lo apagaron y nunca lo volvieron a
encender por lo que no se podía rastrear, al día de hoy, ya ni aparece en
Google Maps, por lo que probablemente ya lo formatearon o lo vendieron por
piezas.
En fin, no les deseo a ninguno de ustedes esta travesía,
pero si les toca, ya saben los pasos que deben dar: Telefónica, Policía y DICAT
(aunque no sirva de nada)
Cuídense por ahí.
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