viernes, agosto 04, 2006

Petunia

Una de las historias de mi niñez que aun se comentan en mi familia cuando voy a Puerto Plata, es la historia de Petunia.
Resulta que un día, saliendo del colegio iba para la casa de mi abuela a almorzar por que mis padres no se encontraban en la ciudad, al pasar por el mercado, en una callejuela, escucho una chivita berreando como desquiciada.
Cauteloso me dirijo hacia donde provenía el sonido y allí en medio del lodo y la basura y muchos papeles de periódicos se encontraba una chivita pequeña que posteriormente se llamaría Petunia.
De mi parte diré que fue amor a primera vista, mire a ambos lados, al parecer andaba perdida y sola y tome una decisión, me llevaría a Petunia a casa de mi abuela aun sin saber la reacción que ella iba a tener.
Con mis escasos 12 años cargar a petunia no fue fácil, aunado al peso de los libros del colegio y el agobiante calor, pero como pude la cargue e iba por todo el camino, por supuesto llamando la atención por lo pintoresco de la situación (un muchacho cargando una chiva) y el ruido que hacia petunia, que berreaba como una loca, pensando que me la llevaba al matadero.
Al llegar donde mi abuela Teresa, la cara de sorpresa e incredulidad que puso fue digna de un Oscar, pero el gran amor que ambos nos tenemos (y mis suplicas) pudo mas (a mi abuela la adoro mas que a nadie) y acepto que Petu se quedara en el patio por un tiempo.
Después de bañarla, darle de comer y hacerle un lugar en el patio, Petunia se hizo parte inprecindible de mi vida, que cuando salía del colegio, antes de ir a mi casa pasaba a verla. tanto así que ya respondía por su nombre y cuando nos juntábamos mis primos y yo y nos poníamos a cantar y a jugar, ellas nos hacia el corro berreando de puro gusto.
Pero sin imaginarlo (ta, ta tan, música de suspenso) el fin de Petunia estaba cerca, fue algo que hasta ahora nunca me han querido revelar, pero lo cierto es que un día llegue del colegio y mi abuela me dijo que Petunia se había escapado y no la encontraban.
Salí corriendo como loco a buscarla por el mercado, por el parque, por el otro Mercado, pero se la trago la tierra.
Nunca he creído que se escapara, a mi entender la regalaron a alguien y no quisieron decirme la verdad para que no me sintiera peor
O quizás si se escapo y termino en la cocina de alguien convertida en un delicioso plato de chivo picante (hasta la fecha no como chivo)
Petunia es una imagen de mi niñez que cuando la recuerdo me hace reír, me hace añorar esa inocencia y fe en el mundo que tenia ese niño que fui.
Una mascota no usual, pero para mi la mejor del mundo
¿Donde estas Petunia?
Pd: un día les contare de Potico, el pollito Valiente.


7 comentarios:

  1. Que linda historia esta de Petunia, ojala su suerte no haya sido muy mala. Gracias por tu visita. Saluditos.

    ResponderEliminar
  2. Tierna historia, y entiendo perfectamente que no quieras comer chivo, a mi me paso con un lindo conejo blanco, pero ese si que acabo en cazuela, desde entonces no lo pruebo.
    Besos principe.
    Naty.

    ResponderEliminar
  3. ayy que linda historia!!! me conmovio y es que cuando pequeños tenemos tanta historia y cosas hermosas que pasamos que a veces quisieramos entre tanto stress que nos envuelve la vida volver a esos tiempo en el que no teniamos preocupacion alguna ...saludos

    ResponderEliminar
  4. ah petunia, me imagino que estudiaste en el san jose por que es el mas cerca al mercado o era al viejo , nada muy interesante relato,

    ResponderEliminar
  5. no lunatica estudie en el San Felipe desde Kinder, es el mercado viejo que queda en la calle Imbert

    ResponderEliminar
  6. no lunatica estudie en el San Felipe desde Kinder, es el mercado viejo que queda en la calle Imbert

    ResponderEliminar
  7. no lunatica estudie en el San Felipe desde Kinder, es el mercado viejo que queda en la calle Imbert

    ResponderEliminar