Anita suspiro desencantada arrojando un vaso de agua al piso, ya estaba harta de la navidad, cansada de hacer todo lo posible por que Santa pasara por su casa y le dejara los juguetes que deseaba cada año y siempre pasaba lo mismo, o de plano no pasaba o le dejaba algo que ella no había pedido.
Tenia 8 años pero ya se consideraba a si misma una niña madura, su complexión delgada constrataba con sus grandes ojos negros y su pelo crespo ensortijado que le llegaba hasta la nuca le hacían una niña hermosa, que sin embargo esos rasgos hermosos no lograban quitarle esa constante expresión de preocupación en su cara.
Pero ese año tenia fe de que seria diferente, ese año esperaba que Santa le llevara esa casa de la Barbie que tanto deseaba, junto con el carro de la Barbie y claro, no se podía quedar el apuesto Ken, eterno enamorado de Barbie.
Tenía todo lo que le habían dicho sus amiguitas para guardarle a Santa, cigarrillos, chocolates, hierba para los renos. Le dejaría esto en la sala, junto a una vela para que no fuera a tropezar con algo ya que en su barrio la luz casi no llegaba.
Además así con la vela encendida le daba menos miedo de estar sola, su mama estaba trabajando limpiando oficinas en las noches y llegaba a principio de la madrugada, tomo su peluche y se acostó, rezo un padrenuestro, un ángel de la guarda y con la esperanza de a la mañana siguiente encontrar sus regalos se durmió enseguida.
con una sonrisa en el rostro y con la ilusión a flor de piel.
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Zoila caminaba rápido, tenia que llegar a la casa, dejar el regalo que llevaba bajo el brazo en el pequeño arbolito y prepararle el desayuno a Anita, la noche había sido mala, apenas dos o tres clientes y solo querían “trabajos rápidos” por lo que apenas tenia dinero para subsistir ese día.
Sentía remordimientos por lo que hacia, no sabia que le diría a Anita cuando esta creciera y le reclamara su medio de subsistencia…. su profesión.
Se río: “su profesión”, pero al momento se le aguaron los ojos…..¿que podía hacer?, había llegado a los 15 años a la capital procedente de Dajabón a trabajar en una casa de familia, apenas sabia leer y escribir y como era tan común no paso desapercibida su piel canela, ese cuerpecito de mulata lleno de curvas y sin estrenar y un buen día el patrón la visito en la noche, la violo y la dejo preñada de Anita.
La señora al darse cuenta del embarazo la boto enseguida de la casa.
Y así un buen día se quedo sin trabajo, sin ropa y sin nada, en una ciudad inhóspita y con un ser en su vientre.
Después de andar de un lado a otro, de casa en casa buscando trabajo, finalmente obtuvo un puesto de camarera en un bar de mala muerte, donde debía soportar el manoseo y el acoso de los clientes.
Por ahí empezó todo, una cosa llevo a la otra y ya hacia 5 años trabajaba por su cuenta en las calles, pero… ¿hasta cuando le daría el cuerpo para poder venderlo?
Zoila noto algo extraño, a los lejos se veía una multitud de gente y el camión de los bomberos, corrió con el corazón en la boca, esa era su calle y esa era su casa, corrió como si sus pies tuvieran alas, no podía hablar, no le salía la voz.
Llego hasta la que había sido su casa, ahora convertida en escombros, estaba paralizada, no podía moverse.
Alguien le tomo del brazo y la sentó en la acera.
…….Doña yo soy el Teniente Gonzáles, lamento mucho lo de su casa y lo de su hija, solo le diré que no sufrió, al parecer el incendio lo inicio una vela encendida, el humo la durmió y es muy probable que no se haya dado cuenta de nada. Lo siento.
Zoila no hablo, no pensó, no lloro.
Desde ese día entro en un estado Catatonico por el que fue necesario internarla de por vida en un hospital psiquiátrico del estado. Donde tampoco nunca volvió a hablar, ni a llorar ni a sentir.
De lo único que nunca se separaba era de un paquete de navidad, ya gastado por el tiempo, en el que había una preciosa “Barbie Nochebuena” destinada para Anita, su querida Anita.
Regalo que por desgracia nunca recibiría.
Escrito por: Principe Mestizo(AG)
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yo no lo ubiese dicho mejor.
ResponderEliminarmegusto la objetividad con que trataste.
Que historia tan conmovedora. Un mar de sentimientos. Excelente.
ResponderEliminarAbrazos!
Su Majestad, me ha hecho llorar.
ResponderEliminarQue triste historia, y más aun, triste realidad que viven muchas Anitas y muchas madres que tratan de sacar adelante a sus hijos cuando se quedan solas.
En este camino, de mamá soltera, Dios me ha acompañado siempre, y me ha dado muestras de que está con nosotros.
Es más, hoy venía para invitarte al cumpleaños de mi Princesita de ojos celestes, pero con esta historia pienso en las miles de niñitas que no tienen que comer,
Doy gracias a Dios por todo lo que tengo, por mi hija y por la vida que nos dio.
Un abrazo.
Anita una mamá soltera que lucha por su hija, su Princesa de ojos celestes.
Jooooo
ResponderEliminarNo me gustan las historias de navidad tristes. Fuera de eso, tremenda narración.
Wow, Principe... te equedo muy bien.
ResponderEliminarOye, acerca del secreto, te pedí que lo guardara porque todavia no tenía los tickets comprados... y tu sabes como son la cosas que no se puedes anunciar mucho.
Todavia espero el email.
Ciao.
Allá nos veremos.
Ay Dios, que triste!!!!!!!
ResponderEliminarXOXO
Me conmovió mucho tu post. Gracias por compartirlo con quienes siempre te leemos.
ResponderEliminarUn abrazo.
asi es hermano no esconda el don que tiene, esta Historia esta muy Perfecta, sabes que..., el arte que dejan tus letras me gustan, lo haces como todo un profecional!
ResponderEliminarCONMOVEDOR Y LINDO!!1
ResponderEliminarPasando a dejarte un besito hermano mio, me encanto lo que escribiste, muy bello muy bello :)
ResponderEliminarEsta es una historia muy muy triste, pero a la vez encierra en ella un gran sentido de vida, si así es, nunca se sabe lo q nos espera devuelta a casa...
ResponderEliminarSabemos lo que dejamos, más no sabemos q encontraremos al regresar...
me gusto mucho... bay...